
¿Cómo cerrar la puerta que me conecta contigo,
si estás delante de ella, impidiendome cerrarla?
¿Acaso quieres seguir castigándome,
disfrutar de las lágrimas que derramo,
y de sentir día a día cuánto te amo?
No puedo seguir encerrándome
en un círculo vicioso
en el que sólo aprecio tu lado virtuoso
e ignoro tu lado maligno.
Estoy amando un retrato perfecto,
pero es solo eso,
una imagen, una figura, un retrato...
Como todo ser,
tienes tus defectos, pero
no puedo darles la validez necesaria,
solo los reconozco, y acto seguido
los ignoro.
Qué díficil es saber y vivir la cruel realidad
de amar sin ser amado,
y de llorar sin razón alguna
en donde la amargura
perdura en tus ojos,
y el amor en tu desolado corazon.
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